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Plan Nacional de natalidad

Políticas públicas para abordar la baja natalidad

La tasa de natalidad en Chile ha alcanzado su punto más bajo en décadas, con un 1,16% en la actualidad, siendo que el umbral necesario para mantener la población en el tiempo es de 2,1%, reflejando una tendencia similar a la de otros países como Japón (baja del 5% en 2024). Esta realidad demanda una respuesta urgente, pero, real e integral del Estado para garantizar que nuestras nuevas generaciones vean en Chile un país donde formar familia sea una opción viable, segura y atractiva.

Las causas para no tener hijos son variadas, pero podemos resumirlas en:

a) Inseguridad económica y laboral: alto desempleo, mujeres madres menos valoradas productivamente, políticas ineficientes de conciliación personal, laboral y familiar
b) Dificultades para acceder a la vivienda propia: altas tasas de interés, exigencia del pie de un 20% para viviendas, altas rentas para acceder a viviendas dignas
c) Precariedad en la atención de salud: Mala atención y alta demanda en hospitales públicos, largos tiempos de espera, poco personal médico y alta demanda (colapso), violencia gineco-obstétrica a jóvenes y mujeres vulnerables
d) Mala calidad y violencia en educación pública: fallido sistema de tómbola que inserta a los niños en instituciones cercanas a sus poblaciones o en barrios vulnerables expuestas a la violencia y con mala calidad de educación
e) Alto costo de colegios privados donde su mensualidad supera el sueldo mínimo
f) Percepción de inseguridad en barrios y ciudades.


INCENTIVAR LA NATALIDAD A TRAVÉS DE UN PLAN INTEGRAL NACIONAL QUE COMBINE:

- Mejoras laborales reales: contratos estables, flexibilidad laboral y extensión de políticas de conciliación personal, familiar y laboral.
- Programas de subsidio habitacional preferente para jóvenes o quienes proyecten familia, subsidio en el pie de las viviendas para clase media.
- Facilitar el acceso y educación de calidad: salas cunas, jardines infantiles, colegios y universidades de alta calidad para generaciones futuras a través de mejores subsidios, seguridad y profesionales de la educación con altos estándares.
- Educación y campañas públicas que valoren positivamente la maternidad y paternidad como proyecto de vida, rompiendo con visiones exclusivamente negativas.
Ahora bien, también existe la realidad de quienes quieren tener hijos, pero no pueden (infertilidad y barreras económicas) para ellos se propone un Programa Nacional de Fertilidad, que incluya:
- Educación sobre consecuencias de retrasar la maternidad e incorporar políticas públicas para que las jóvenes puedan congelar óvulos y así proyectar su carrera profesional si así lo quieren.
- Ver posibilidad e incluir el proceso de fertilización en GES.
- Creación de centros públicos de fertilidad por macrozonas con presencia en cada una de las regiones del país.
- Subvenciones directas para tratamientos en clínicas privadas acreditadas cuando la red pública no alcance la demanda.
- Apoyo psicológico para quienes atraviesan procesos de fertilización.
- Campañas de concientización sobre fertilidad y derechos reproductivos, para visibilizar el problema y terminar con los prejuicios.

Chile enfrenta una encrucijada, o toma medidas urgentes y efectivas para revertir la baja natalidad o enfrentará graves consecuencias económicas, demográficas y sociales en las próximas décadas. La política pública debe ser ambiciosa, no conformista o populista. Se debe incentivar a quienes hoy dudan en formar familia y acompañar a quienes quieren ser padres, pero enfrentan obstáculos biológicos o económicos. La familia no puede seguir siendo un privilegio de pocos. Debe ser una opción real y atractiva para todos y todas.

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